Los jóvenes ven hoy el 23f como una astracanada representada por pésimos actores en el Congreso de los diputados. La figura de Tejero, los gritos de los oficiales, los guardias civiles huyendo por las ventanas, la desaparición de las existencias de la cafetería y del “bote” de los camareros, todo contribuyó a convertir un hecho dramático en una representación de guiñol.
Sin embargo el golpismo iba en serio y no desapareció con el fracaso del 23f.
El 2 de octubre de 1982 el presidente Calvo Sotelo, el ministro Rosón y el director del CESID, general Manglano, acordaron detener a los coroneles de Artillería Luis Muñoz Gutiérrez y Jesús Crespo Cuspinera, y al hermano de este último, el teniente coronel José Crespo Cuspinera, que, en connivencia con Miláns y otros condenados por participar en el 23f, preparaban un golpe cruento para el día 27, víspera de las elecciones generales. Se silenció porque el PSOE, después del gran triunfo electoral, intentó mejorar las relaciones con el ejército.
Fue inútil. En 1985 un grupo de militares y civiles preparó un atentado en A Coruña, durante la celebración del Día de las Fuerzas Armadas, en el que volarían con explosivos la tribuna donde estarían el Rey, el presidente Felipe González y otras autoridades. Se evitó y se silenció para no crear alarma social.
Os mozos ven hoxe o 23f como unha astracanada representada por pésimos actores no Congreso dos deputados. A figura de Tejero, os berros dos oficiais, os gardas civís fuxindo polas ventás, a desaparición das existencias da cafetería e do “bote” dos camareiros, todo contribuiu a converter un feito dramático nunha representación de guiñol.
Porén, o golpismo ía en serio e non desapareceu co fracaso do 23f.
O 2 de octubro de 1982 o presidente Calvo Sotelo, o ministro Rosón e o director do CESID, xeneral Manglano, acordaron deter aos coroneis de Artillería Luis Muñoz Gutiérrez e Jesús Crespo Cuspinera, e ao irmán deste último, o teniente coronel José Crespo Cuspinera, que, en connivencia con Miláns e outros condenados no 23f, preparaban un golpe cruento para o día 27, víspera das eleccións xerais. Silenciouse porque o PSOE, logo do gran triunfo electoral, tentou mellorar as relación co exército.
Foi inútil. En 1985 un grupo de militares e civís preparou un atentado en A Coruña, durante a celebración do Día das Forzas Armadas, no que voarían con explosivos a tribuna onde estarían o Rei, o presidente Felipe González e outras autoridades. Evitouse e silenciouse para non crear alarma social.