Eulogio Gómez Franqueira, empresario creador de COREN y diputado de UCD, tenía 63 años cuando el 9 de junio de 1980 cinco hombres y una mujer –todos jóvenes- llegaron a su casa en Razamonde, municipio orensano de Cenlle, con intención de secuestrarlo y canjearlo por varios presos vascos. Se lo dijo Zapatones, el jefe, que empezó dándole una hora para reunir veinte millones de pesetas para pagar el rescate, pero terminó reconociendo que lo llevarían con ellos y no lo liberarían ni por mil millones.
Eulogio Gómez Franqueira, empresario creador de COREN e deputado de UCD, tiña 63 anos cando o 9 de xuño de 1980 cinco homes e una muller –todos xoves- chegaron á súa casa en Razamonde, no concello ourensán de Cenlle, con intención de secuestralo e canxealo por varios presos vascos. Díxollo Zapatones, o xefe, que empezou dándolle una hora para xuntar vinte millóns de pesetas para pagar o rescate, pero rematou recoñecendo que o levarían con eles e non o liberarían nin por mil millóns.
A Franqueira lo salvó su serenidad, la determinación de enfrentarse al comando y el hecho de estar en pijama cuando los secuestradores llegaron. Al decirle Zapatones que se vistiese, se fue a la habitación y el etarra lo acompañó hasta la puerta. Antes de quitarse el pantalón, Franqueira la entornó un poco y el etarra, entendiendo su pudor, lo permitió. Entonces Franqueira cogió una pistola, disparó y lo hirió en el cuello. Zapatones cayó, Franqueira apagó la luz y se tendió entre las dos camas mientras le disparaban desde la puerta. El herido estaba grave y el comando huyó para llevarlo a un hospital. Los cogieron a todos. A Franqueira le corresponderían dos millones de pesetas por facilitar la detención. No se sabe si las cobró.
A Franqueira salvouno a serenidade, a determinación de enfrontarse ao comando e o feito de estar en pixama cando os secuestradores chegaron. Ao dicirlle Zapatones que se vestise, foi á habitación e o etarra acompañouno ata a porta. Antes de quitar o pantalón, Franqueira entornouna un pouco e o etarra, entendendo o seu pudor, permitiullo. Entón Franqueira colleu unha pistola, disparoulle e feriuno no colo. Zapatones caeu, Franqueira apagou a luz e botouse ao chan entre as dúas camas mentres lle disparaban desde a porta. O ferido estaba grave e o comando fuxiu para levalo a un hospital. Colléronos a todos. A Franqueira corresponderíanlle dous millóns de pesetas por facilitar a detención. Non se sabe se as cobrou.