Paul McCartney, una caricatura con historiaPaul McCartney, unha caricatura con historia

Paul McCartney

El día 8 de diciembre del año 1990 terminé esta caricatura de Paul McCartney, que había hecho por encargo de dos jóvenes médicos coruñeses, el ginecólogo Chema Ríos y el internista Santiago Casares, ambos forofos de los Beatles. Ingenuamente, querían utilizarla para llegar al admirado músico y compositor, y en abril de 1991 emprendieron la aventura.

Llegaron a Rye, en el sur-este de Inglaterra, donde Paul vivía, en una zona residencial de casas ajardinadas, y surgió el primer problema: los vecinos, aleccionados, se negaban a decirles cuál era la vivienda, y tuvieron que hacerse pasar por mensajeros de UPS para obtener la información. Entonces se enfrentaron al segundo problema: Paul no estaba en Rye, pero sí ellos, con un cuadro grande y pesado, y sin saber qué hacer con él.

Paul McCartney

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Por fin un vecino, bien relacionado con Paul, se ofreció a guardarlo y entregarlo al destinatario. Les dio su número de teléfono para que lo llamasen y pudiesen saber el resultado de la gestión. Ese fue el tercer problema. El vecino les contó que cuando le entregó el cuadro, Paul puso cara de consternación y comentó en tono lastimero: -¡Otro cuadro!

Los médicos forofos quedaron chafados.

Sin embargo, días después, recibieron una carta del ex beatle dándoles las gracias y diciéndoles que la caricatura le había gustado mucho. También abría la posibilidad de un próximo encuentro, pero de forma tan inconcreta que la interpretaron como simple fórmula de cortesía, y no hicieron ningún nuevo intento.

Pero habían aprovechado el viaje para ir a Poole y conocer a Mimi Smith, la tía de John Lennon, que lo había cuidado desde los 4 a los 21 años, y eso les compensó de los otros sinsabores.

Algún tiempo después, a través de Mimi Smith llegó Chema Ríos a Yoko Ono, y otra vez recurrió a mí para agasajarla en su primer encuentro, con otra caricatura en la que se veía a Lennon sonriendo y tocando la guitarra en una nube y, abajo, ella caminando con el hijo de ambos, el pequeño Sean.

Conservé mucho tiempo copia de este dibujo, pero, finalmente, desapareció. Lo que persiste es la buena relación entre Chema Ríos y Yoko Ono, y siempre que el doctor le pide ayuda para las iniciativas solidarias que organiza, ella lo apoya sin dilación, ni duda.

Al final resulta que la caricatura, como toda forma artística, es un pequeño milagro, y se reproduce .

2 comentarios en “<!--:es-->Paul McCartney, una caricatura con historia<!--:--><!--:gl-->Paul McCartney, unha caricatura con historia<!--:-->”

  1. Correcto, yo trasporté con Santiago tan singular y valioso presente. No creo que Paul tuviera muchos cuadros de este tipo. Seguramente dijo la expresión “¡Otro cuadro!” al ver el envoltorio antes de fijarse en el contenido. A Paul le avala su ya superdemostrada sensibilidad ( además tambien pinta) y seguro que cuando vió el dibujo le gustó o por lo menos le llamó la atención dada su singularidad.

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