Ramón Piñeiro, sabiduría y bondad
Ramón Piñeiro hablaba con la boca, con las manos y con aquellos ojos, en otro tiempo ciegos, que se agrandaban exageradamente detrás de los lentes deformantes
Ramón Piñeiro hablaba con la boca, con las manos y con aquellos ojos, en otro tiempo ciegos, que se agrandaban exageradamente detrás de los lentes deformantes