En 1977 la Editorial Galaxia publicó la carpeta Os Pecados Capitales, para muchos conocedores de mi obra el mejor que hice en el campo del dibujo. La edición fue un éxito y las siete láminas formaron parte de la decoración de muchos hogares y también de varios mesones, asimismo fuera de Galicia. Habría que haberla reeditado, pero no lo hicimos y ahora, cuarenta años después, pensé en hacer 100 carpetas para 100 amigos, a precio de coste.
La cuestión que me planteé fue: ¿Reedición o nueva edición? Parecía lógico reeditarla, pero había dos razones que me movieron a cambiarla: una estética e otra ética.
La estética. Ya no me gustaba el diseño de la portada, que era como un grito. Estaba muy bien para el año 1977, en plena Transición, en una España que hervía políticamente; pero hoy, parecía más para un libelo que para presentar una obra de arte.
La ética. En 1979 visité al profesor portugués Rodrigues Lapa en su casa en Anadía, y le llevé una carpeta de Os Pecados Capitales. El eminente filólogo elogió generosísimamente los dibujos, pero, siendo ferviente defensor de la normativa del gallego que lo acercaba al portugués, me dijo: -Lástima que no lo titulase Os Pecados Capitais. Le dí la razón, pero ya no tenía remedio. No lo tenía entonces, pero sí hoy, y por eso esta edición se hace con nueva portada y se llama Os Pecados Capitais.
Reconozco que cuando decidí hacer estas 100 carpetas para 100 amigos, no imaginaba el trabajo que iban a dar. Escaneamos los originales, pero los originales tienen 40 años y el papel, blanco en origen, se volvió amarillo y como el escaneo hubo que hacerlo en altísima resolución para reproducir los cientos de miles de trazos realizados con rotuladores de una y dos décimas de diámetro, aparecieron cientos de puntitos en cada lámina. Limpiarlas parecía tarea imposible, y para mí lo sería, pero mi amigo Carlos Laíño se encargó de hacerlo. Sin él esta edición non sería posible.
Sorprenderá que la edición se hiciese en una imprenta de Madrid, pero también esta elección fue importante. Por razones de parentesco y amistad, nos movimos por la imprenta como en nuestra casa; todo se hizo bajo nuestro control y a un precio más que razonable. El resultado es una carpeta con siete láminas de 450 mm x 330 mm, y papel Brístol de 315 g, que supera en calidad a la primera, y que podemos ofrecer, gozosamente, a un centenar de amigos.
El precio es de 25 euros, IVA incluido.
Podéis pedirlas a través de este correo: info@siroartista.com
