En el año 1990 proyecté la Praza do Humor de A Coruña, un recinto urbano que pretende ser un homenaje a los grandes humoristas del mundo, desde Galicia y en gallego. Ubicada en la antigua Praza dos ovos, ante el mercado de San Agustín, a pocos metros de la Plaza de María Pita, consta de un piso de mármol blanco, en dos niveles.
En el superior se encuentran dos bancos de granito con las figuras de Castelao y Cunqueiro, y lo que inicialmente iba a ser un teatro de títeres, que funciona como churrería. En el inferior están, sobre pedestales de granito, los bustos de Vicente Risco, Wenceslao Fernández Flórez y Julio Camba, además de la A Fonte do Gatipedro.
El Gatipedro es una invención de Álvaro Cunqueiro, que lo describe como un gato que tiene un pequeño cuerno en la frente por el que vierte un chorro de agua cantarina. El Gatipedro entra durante la noche en las habitaciones de los niños, y al echar el chorro de agua consigue que los niños sueñen que mean, y se meen en la cama.
El suelo de mármol, en ambos niveles, es como un enorme papel en el que pude dibujar a los grandes humoristas gráficos y literarios de todos los tiempos y todas las nacionalidades, al lado de inolvidables cómicos del cine y de personajes de historietas. De la realización de la obra se encargaron los escultores Manuel Ferreiro Badía, Francisco Escudero, Ramón Conde y, sobre todo, Xosé Castiñeiras, que, además del banco de Cunqueiro, hizo imperecederos los dibujos en el mármol.