Dibujos hechos con el iPad

Dibujar y pintar, porque las dos cosas se pueden hacer y las dos son igualmente divertidas. Naturalmente, dibujar y pintar con Ipad no es lo mismo que hacerlo sobre papel o lienzo con lápices, tintas y pinturas. Y no lo es porque los programas no permiten hacer todo lo que haríamos con materiales convencionales, pero tiene la ventaja de que dibujamos y pintamos en cualquier momento y lugar, con gran rapidez.

Ante un paisaje que me gusta, ante alguien que me sugiere un posible retrato, cuando apetece dibujar sin saber qué e ir creando fantasías a partir del primer trazo o la primera mancha, el Ipad es un sucedáneo espléndido de las acuarelas y de los lápices de colores. Yo dibujo en la estación de Moncloa mientras espero el bus que me lleve de Madrid a Alpedrete –allí tomé del natural el boceto de la muchacha que lee y que quedó inconcluso porque su autobús llegó antes que el mío-, e incluso durante los viajes de Madrid a Alpedrete y de Alpedrete a Madrid -los bocetos de trazo impreciso están hechos en esas circunstancias-. El programa ofrece posibilidades que todavía desconozco. En concreto hay un par de cosas que necesito para facilitar mi trabajo y mejorar el resultado, así que preguntaré a quien sabe más. Otra cosa que ignoro es si se puede conservar la calidad de la imagen cuando se convierte en foto. Yo no lo consigo, y la imagen en el programa tiene matices que se pierden al pasar a photoshop; pero seguiré investigando, es decir, preguntando a David Pintor, que es, con Hockney, quien me metió en esto.

 

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