Las elecciones de 1982, que permitieron gobernar con mayoría absoluta al PSOE, señalan, en opinión de historiadores y comentaristas políticos, el fin de la Transición. Tres meses antes Adolfo Suárez había creado un nuevo partido, el Centro Democrático y Social (CDS), que sólo consiguió dos escaños; pero en las de junio de 1986, obtendrá casi dos millones de votos y 19 escaños. Suárez pronosticó que en las próximas el CDS ganaría al PSOE. No fue así: en 1989 perdió cinco diputados y en 1991, después de la debacle en las autonómicas y municipales, dejó la presidencia del CDS y renunció al escaño en el Congreso.
La sombra de la Transición devoraba a los protagonistas. Carrillo perdió la secretaría del PCE por los malos resultados en 1982; tres años después sería expulsado y crearía el Partido de los Trabajadores de España-Unidad Comunista. No interesó y los dirigentes ingresaron en el PSOE. Él no lo hizo.
El fracaso de AP en las elecciones autonómicas de 1986 en Euskadi apartó a Fraga de la presidencia del partido, pero en Diciembre de 1989 encabezó la lista del PP en las autonómicas gallegas, obtuvo mayoría absoluta y presidió la Xunta de Galicia quince años.
Felipe González dejó buena parte de su prestigio en la gestión de Gobierno y el rey Juan Carlos abdicó en 2014.