Cuando Tejero dijo a Miláns del Bosch que tenía preparado todo, no tenía preparado nada. Sólo seis autobuses viejos, adquiridos a nombre de la mujer, con dos millones de pts. que García Carrés le había conseguido de la trama civil, a través del general Iniesta. No disponía de tropas a su mando, por lo que pasó la mañana del día 23 en el Parque Automovilístico de la Guardia Civil, intentando convencer a los capitanes de que participasen y aportasen las suyas y al coronel de que le prestase los conductores. Dijo –y lo confirmó el capitán Gómez Iglesias, del CESID-, que la misión estaba respaldada por el Rey y, con la ayuda de los capitanes Muñecas y Abad, a las cuatro da tarde había conseguido trescientos hombres.Cando Tejero dixo a Miláns del Bosch que tiña preparado todo, non tiña preparado nada. Só seis autobuses vellos, adquiridos a nome da muller, cos dous millóns de pts. que García Carrés lle conseguira da trama civil, a través do xeneral Iniesta. Non dispoñía de tropas ao seu mando, polo que pasou a mañá do día 23 no Parque Automobilístico da Garda Civil, tentando convencer aos capitáns de que participasen e aportasen as súas e ao coronel de que lle prestase os condutores. Dixo -e confirmouno o capitán Gómez Iglesias, do CESID-, que a misión estaba respaldada polo Rei e, coa axuda dos capitáns Muñecas e Abad, ás catro da tarde conseguira trescentos homes.
El éxito del golpe dependería de la participación, en Madrid, de la División Acorazada. El ministro Rodríguez Sahagún destinara a A Coruña al general Torres Rojas, proclive al golpe, y nombrara al general Juste; pero quedaban el coronel San Martín y el comandante Pardo Zancada. Los dos apoyaron a Tejero y fueron juzgados y condenados. San Martín, considerado el cerebro del otro golpe, “el de los coroneles”, declaró: “Yo participé en una operación que no me gustaba, que estaba mal planteada, peor ejecutada, y sin embargo me sacrifiqué porque algo había que hacer”.
O éxito do golpe dependería da participación, en Madrid, da División Acorazada. O ministro Rodríguez Sahagún destinara á Coruña ao xeneral Torres Rojas, proclive ao golpe, e nomeara ao xeneral Juste; pero quedaban o coronel San Martín e o comandante Pardo Zancada. Os dous apoiaron a Tejero e foron xuzgados e condenados. San Martín, considerado o cerebro do outro golpe, “o dos coronéis”, declarou: “Yo participé en una operación que no me gustaba, que estaba mal planteada, peor ejecutada, y sin embargo me sacrifiqué porque algo había que hacer”.